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Cómo ser una empresa sostenible en el 2024



“El ser humano tiene el entero dominio de las cosas de la Tierra. Disfrutamos del campo y las montañas; e¡los ríos y lagos son nuestros, nosotros sembrando el trigo, plantamos los árboles, fecundamos la tierra haciendo llegar las aguas. Nosotros detenemos los ríos, los acondicionamos y los desviamos. Por último nos esforzamos con el trabajo de nuestras manos, en hacer de la Naturaleza, como otra naturaleza”. Cicerón, Sobre la Naturaleza de los Dioses, 44 a. J. C.


En Sobre la naturaleza de los dioses, diálogo filosófico que Cicerón escribió hacia el final de su vida, que trata ante todo las relaciones entre religión y política. Cicerón estipula que el mundo se creó para los dioses y los hombres, opinión que él presenta como una ley fundamental de la naturaleza por ejercer una profunda influencia sobre la vida y la gobernanza de la ciudad.


Si bien esta obra presenta un análisis del pensamiento divino durante la antigüedad, para el empresario de hoy representa uno de los primeros testimonios del impacto del ser humano en la administración de los recursos naturales, la modificación de la naturaleza a conveniencia humana y la responsabilidad del sector privado ante el cambio climático.


El año 2024 trajo consigo una serie de desafíos y oportunidades para las empresas que buscan construir un futuro más sostenible. En un contexto donde los niveles de competencia aumentan porque la responsabilidad ambiental y social se ha convertido en una exigencia de los consumidores, los negocios que no se adapten a las nuevas tendencias tendrán una fecha de caducidad.


En este artículo, analizaremos las claves para que una marca, independiente al sector productivo o corporativo en el que se encuentre, pueda ser considerada sostenible.


1. Adoptar una cultura de Sostenibilidad:

El primer paso para ser una empresa sostenible es crear una cultura que valore y promueva la responsabilidad ambiental y social. Esto implica que todos los miembros de la organización, desde la alta gerencia hasta los empleados de base, deben estar comprometidos con los principios de la Sostenibilidad. Será insuficiente ajustar la comunicación interna a campañas que funcionen como una aguja hipodérmica en los colaboradores. El gran esfuerzo será incluir presupuestos de capacitación casa adentro para la correcta socialización de la sostenibilidad.


2. Implementar prácticas sostenibles:

Una vez que la cultura de Sostenibilidad esté instaurada bajo una política que venga previamente de un diagnóstico situacional, será necesario implementar prácticas a mediano y largo plazo que transformen el ADN de la marca hacia un mundo más justo y próspero.


Las acciones básicas a considerar son:

  • Gestionar la huella de carbono de la organización o el producto.

  • Reducir el consumo de energía y recursos naturales.

  • Minimizar la generación de residuos y emisiones contaminantes.

  • Implementar programas de reciclaje y reutilización de materiales.

  • Promover el uso de transporte sostenible.

  • Apoyar a las comunidades locales.

  • Crear espacios de diálogo participativo donde el concepto de Sostenibilidad se desarrolle con los empleados, inversionistas, clientes, proveedores y alta dirección.


3. Medir y reportar el impacto:

Es fundamental medir el impacto de las prácticas sostenibles bajo una programación anual, donde se evalúe su eficacia e impacto en las partes interesadas, además de realizar ajustes cuando sean necesarios. La empresa debe reportar de forma transparente sus resultados a sus stakeholders, incluyendo clientes, proveedores, inversores y la comunidad en general.


El reporting debe incluir datos, cifras, fotografías propias de la marca, un lenguaje digerible para el público, evitar tecnicismos y principalmente acogerse a los estándares internacionales GRI para informar la variedad de impactos económicos, ambientales y sociales que puedan identificarse en su análisis de materialidad.


4. Apostar por certificaciones internacionales:

Las certificaciones internacionales como la ISO 14064, ISO 14068, ISO 26000, SA 8000 entre otras, amplían oportunidades en mercados internacionales, impulsando la competitividad y la confianza a los consumidores de contar con un aval serio. estas normas técnicas y de reconocimiento mundial, exigen un marco de mejora continua, optimizando procesos y reduciendo costes. En definitiva, son una inversión en el futuro del planeta y por supuesto del negocio.


5. Incorporar los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La Sostenibilidad simula un dónut (rosquilla) de los límites sociales y planetarios, concepto atribuido a la economista inglesa Kate Raworth. El dónut abarca desde alimentos y vivienda, hasta atención sanitaria y voz política, y del cual se derivan las normas sociales mínimas acordadas internacionalmente, identificadas por los gobiernos del mundo como Objetivos de Desarrollo Sostenible. El dónut es un planteamiento lúdicamente serio para enmarcar el reto, y actúa como brújula para el progreso humano en este siglo.




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